La licitación es crucial para garantizar que las organizaciones reciban el mejor valor por sus inversiones y, al mismo tiempo, mantengan un entorno de licitación justo y competitivo. Fomenta la responsabilidad y la transparencia, lo que puede mejorar la reputación de una empresa y la confianza entre las partes interesadas.
Por ejemplo, en los proyectos de construcción, un proceso de licitación bien gestionado permite a las empresas evaluar a varios contratistas, lo que en última instancia conduce a un trabajo de mayor calidad a precios competitivos. Este cuidadoso proceso de selección minimiza la probabilidad de que se produzcan retrasos en los proyectos y se superen los presupuestos, lo que garantiza una ejecución exitosa del proyecto.