La tarificación vial es crucial para gestionar la congestión del tráfico, que afecta directamente a la eficiencia de la logística y la cadena de suministro. Al cobrar a los conductores por utilizar carreteras con mucho tráfico, se ayuda a minimizar el tráfico durante las horas punta, lo que garantiza que las empresas de transporte y entrega operen sin problemas.
Por ejemplo, una empresa de logística pueden beneficiarse de la tarificación de las carreteras al tener la opción de evitar rutas u horarios congestionados, reduciendo así los retrasos y el consumo de combustible. Esta eficiencia puede conducir a entregas más rápidas y a reducir los costes operativos, lo que mejora el servicio y la competitividad en general.