El principio de empuje se refiere a una estrategia de gestión de la producción y el inventario en la que los bienes se producen o se lanzan al mercado en función de la demanda prevista en lugar de la demanda real de los clientes, con el objetivo de crear un inventario que luego se venderá.
El principio Push se basa en predecir la demanda de los consumidores y producir bienes por adelantado, con el objetivo de satisfacer esta demanda proyectada. Este método contrasta con el principio de atracción, que se basa en la demanda de los consumidores en tiempo real. En la logística y la gestión de la cadena de suministro, ayuda a las empresas a planificar con antelación, aunque también conlleva el riesgo de sobreproducción.
El principio Push funciona pronosticando la demanda y produciendo bienes en función de esas predicciones, en lugar de esperar a que lleguen los pedidos reales. Este enfoque beneficia a su empresa al permitirle planificar y producir con antelación, lo que reduce el riesgo de quedarse sin existencias.
Sin embargo, también puede provocar un exceso de inventario si las previsiones son inexactas, lo que podría inmovilizar el capital. Cuando se usa correctamente, el principio Push mejora la eficiencia de la cadena de suministro al minimizar el tiempo de inactividad de la producción y mantener los niveles de inventario consistentes.
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El principio Push es importante porque permite a las empresas optimizar sus cronogramas de producción y mantener un flujo constante de productos. Al anticipar la demanda, las empresas pueden asegurarse de tener suficiente inventario para satisfacer las necesidades de los clientes sin demoras frecuentes, manteniendo la eficiencia de las operaciones.
Por ejemplo, una empresa que utiliza el principio Push puede fabricar productos a granel antes de que se confirmen los datos de ventas, asegurándose de tener existencias listas para las temporadas altas. Este enfoque proactivo ayuda a las empresas a evitar el desabastecimiento durante los períodos de alta demanda, lo que contribuye a logística más fluida y una mayor satisfacción de los clientes.