El transporte privado es importante porque proporciona a las empresas un mayor control sobre sus transporte operaciones, lo que les permite racionalizar la logística y reducir la dependencia de terceros transportistas. También puede suponer un ahorro de costes a largo plazo, especialmente para las empresas con necesidades de envíos de gran volumen, ya que evitan las comisiones asociadas a la subcontratación.
Por ejemplo, un minorista importante con varios almacenes pueden utilizar el transporte privado para transportar mercancías entre ubicaciones, lo que garantiza envíos más rápidos y fiables. Esto no solo ayuda a mantener el control sobre su cadena de suministro, sino que también les permite adaptar las necesidades de transporte a sus requisitos específicos, lo que mejora la eficiencia general.