Un micropuente terrestre reduce la congestión en los puertos costeros al desplazar el movimiento de carga hacia el interior de manera más eficiente. Este método ayuda a las empresas a ahorrar en costos de transporte y, al mismo tiempo, a mantener cronogramas de entrega más rápidos y predecibles. También apoya la resiliencia de la cadena de suministro al proporcionar una alternativa a las rutas tradicionales de transporte por carretera en los puertos.
Por ejemplo, un minorista la importación de productos de Asia a los EE. UU. puede utilizar un micropuente terrestre para transportar los envíos desde un puerto de la costa oeste directamente a un centro de distribución del Medio Oeste por ferrocarril. Esto elimina la necesidad de transportar más camiones desde el puerto costero, lo que reduce los costos de combustible y mejora la eficiencia logística general.