La entrega de última milla es crucial porque representa el punto de contacto final entre una empresa y sus clientes, lo que influye significativamente en la satisfacción y la lealtad de los clientes. Este segmento del cadena de suministro debe funcionar de manera eficiente, ya que los retrasos o las imprecisiones pueden provocar experiencias negativas que empañen la reputación de una marca. Al centrarse en optimizar la logística de última milla, las empresas no solo pueden mejorar la velocidad de entrega, sino también reducir los costos asociados a las entregas fallidas y mejorar su posición competitiva general en el mercado.
Un ejemplo de entrega efectiva de última milla se ve en comercio electrónico gigantes como Amazon, que utilizan tecnología avanzada y centros de distribución locales para facilitar las entregas rápidas. Por ejemplo, cuando un cliente pide un producto, puede enviarlo desde un almacén cercano y entregarlo en cuestión de horas, y a menudo se rastrea en tiempo real a través de una aplicación móvil. Esta eficiencia no solo cumple con las expectativas de los clientes en cuanto a un servicio rápido, sino que también refuerza la lealtad de los clientes y fomenta la repetición de las compras.