La FCA es importante porque aclara la transferencia de responsabilidad y riesgo entre el comprador y el vendedor, y ofrece flexibilidad en la forma en que se transportan las mercancías. Permite al comprador elegir transportista o el método de transporte que mejor se adapte a sus necesidades y minimice la participación del vendedor en las etapas posteriores de la entrega.
Por ejemplo, un vendedor puede entregar la mercancía en un puerto o almacén designado, mientras el comprador se encarga del transporte hasta su destino final. Este acuerdo ayuda a agilizar la logística, lo que facilita a las empresas la gestión de los envíos internacionales y optimiza la eficiencia de la cadena de suministro.