El almacenamiento de flujo es importante porque maximiza el espacio del almacén, reduce la necesidad de una clasificación manual compleja y aumenta la eficiencia de los procesos de cumplimiento de los pedidos. Al utilizar estanterías alimentadas por gravedad o sistemas automatizados, las empresas pueden gestionar grandes volúmenes de inventario con un mínimo de mano de obra y la máxima velocidad.
Por ejemplo, en un almacén de distribución de alimentos, el almacenamiento continuo puede garantizar que los artículos perecederos se roten automáticamente, minimizando el desperdicio y haciendo que el proceso de recolección sea más rápido y eficiente. Este sistema mejora tanto la densidad de almacenamiento como la accesibilidad de los productos, lo que reduce los cuellos de botella en el almacén.