La FIFO es crucial porque garantiza que las existencias más antiguas se utilicen o vendan antes que las más nuevas, lo que minimiza el riesgo de que los productos caduquen o no se puedan vender. Este método puede ayudar a las empresas a mantener la rentabilidad, reducir el desperdicio y mejorar la satisfacción de los clientes al proporcionarles productos frescos.
Por ejemplo, en una tienda de comestibles tienda minorista, los productos perecederos, como la leche, se almacenan según el método FIFO para garantizar que los productos más antiguos se vendan antes de las nuevas entregas. Esto reduce las posibilidades de que se estropeen y garantiza que los clientes siempre reciban productos frescos.