El DDC es importante porque ayuda a garantizar que los costos de envío se transfieran con precisión al cliente en función del destino específico, lo que cubre los gastos adicionales que implica llegar a ubicaciones remotas o de difícil acceso. Sin estos cargos, las empresas tendrían que absorber estos costos, lo que podría afectar negativamente a la rentabilidad.
Por ejemplo, si un envío se entrega a una zona rural que requiere tiempos de transporte más largos o un manejo especializado, se aplica un DDC para tener en cuenta estos desafíos adicionales. Esto ayuda a las empresas a asignar los costos de entrega de manera justa y evita que surjan gastos inesperados.