La capacidad comprometida es importante porque garantiza que una empresa pueda satisfacer las demandas de sus clientes sin demoras ni escasez. Al reservar una cantidad específica de recursos, las empresas pueden brindar un servicio más predecible, lo que aumenta la satisfacción y la lealtad de los clientes.
Por ejemplo, un almacén que compromete una capacidad determinada para un minorista principal puede garantizar entregas puntuales durante las temporadas altas. Esta asignación estratégica ayuda a gestionar el flujo de inventario, reducir las existencias y fortalecer las relaciones a largo plazo con los clientes, lo que, en última instancia, mejora la eficiencia empresarial.