El CETA es importante porque impulsa el comercio entre Canadá y la UE al eliminar las barreras y mejorar el acceso al mercado para las empresas. Al reducir los aranceles, las empresas pueden reducir sus costos operativos, lo que facilita la exportación e importación de bienes. Este acuerdo fomenta el crecimiento económico y fomenta la colaboración entre ambas regiones, lo que beneficia a las empresas de todos los tamaños.
Por ejemplo, los exportadores canadienses de industrias como la agricultura, la tecnología y la fabricación pueden acceder al mercado de la UE con mayor facilidad, mientras que las empresas de la UE se benefician de un mayor acceso a los mercados en crecimiento de Canadá. El acuerdo fomenta mayores oportunidades comerciales y crea un entorno en el que ambas regiones pueden prosperar económicamente.