La gestión de la capacidad es crucial porque ayuda a las empresas a mantener el equilibrio suministrar y la demanda, evitando tanto los costos excesivos como la escasez de recursos. Al gestionar eficazmente la capacidad, las empresas pueden asegurarse de no sobrecargar sus recursos ni desperdiciar el potencial, lo que se traduce en operaciones más fluidas y mejores niveles de servicio.
Por ejemplo, durante las temporadas altas o los cambios del mercado, la gestión de la capacidad ayuda a una empresa a escalar sus operaciones en consecuencia, garantizando las entregas oportunas y evitando demoras. Este enfoque no solo mejora la eficiencia operativa, sino que también mejora la satisfacción del cliente al cumplir con las expectativas sin costos innecesarios.