Las regulaciones de cabotaje son fundamentales para proteger los intereses de las industrias nacionales y mantener la seguridad nacional. Al limitar la competencia extranjera en las rutas nacionales, los países pueden garantizar que sus compañías aéreas locales mantengan una ventaja competitiva, oportunidades laborales y estándares de seguridad. Además, las leyes de cabotaje ayudan a impedir que las empresas extranjeras perjudiquen a las empresas locales, lo que podría desestabilizar el mercado.
Para las empresas, la adhesión a las leyes de cabotaje garantiza el cumplimiento de las normas comerciales nacionales e internacionales. También permite a los transportistas locales prosperar al mantener los empleos de transporte nacional, las inversiones en infraestructura y el desarrollo económico regional, lo que beneficia al país en su conjunto.