El almacenamiento intermedio es vital en cualquier cadena de suministro, ya que ayuda a mitigar los riesgos de desequilibrios entre la oferta y la demanda. Este sistema de almacenamiento permite a las empresas continuar sus operaciones incluso durante los retrasos en la llegada de los productos o las materias primas, lo que evita costosas interrupciones y mantiene el flujo de producción.
Por ejemplo, el almacenamiento intermedio se usa a menudo en la fabricación, donde materiales como componentes o materias primas se almacenan temporalmente antes de usarlos en la línea de producción. Sin almacenamiento intermedio, las empresas podrían sufrir interrupciones en la producción, lo que afectaría a los plazos y a la satisfacción de los clientes.