El estatus OEA es crucial para las empresas que participan en el comercio internacional porque mejora la seguridad y el cumplimiento, al tiempo que ofrece beneficios tangibles, como tiempos de procesamiento más rápidos y menos controles de aduana. Al convertirse en OEA, una empresa puede mejorar su eficiencia en la cadena de suministro, reducir el riesgo de retrasos y reducir las posibilidades de cometer costosos errores en los procedimientos aduaneros. Esto conduce a operaciones más fluidas, a una mayor confiabilidad y a una mejor administración de costos para las empresas.
Por ejemplo, una empresa de bebidas con el estatus de OEA, la importación de productos de fuera de la UE se beneficiará de un menor número de inspecciones físicas y un procesamiento prioritario, lo que ayuda a reducir los retrasos en las aduanas. Esto significa que la empresa puede despachar sus mercancías con mayor rapidez, lo que se traduce en una entrega más rápida a los clientes y una reducción de las interrupciones en la cadena de suministro.